Cuántas veces nos han dicho "respira" en un momento de crisis donde perdemos el control? Yo creo que no hay nadie a quien no le hayan dicho algo similar. Y de pronto cuando nos damos la oportunidad de encontrarle el sentido a un "respira" hacerlo se vuelve la pastilla más poderosa que nos devuelve la tranquilidad en el hoy. Definitivamente la vida me ha puesto muchas veces en lugares a donde siempre consideré impensables, siempre dije soy muy mala vendedora y hoy es una de las cosas que mejor hago, también incontables veces dije es que no puedo meditar, me cuesta mucho dejar mi mente en blanco, es imposible y a pesar de que en mi trabajo, diseñar accesorios es un espacio meditativo de alguna forma, lograr una práctica de meditación para mí era algo bastante complicado, primero porque como mente creativa, lograr desenchufar todo lo que ocurre dentro de mi cabeza es tarea difícil y segundo porque de alguna manera ya estaba predispuesta a que fuera una misión imposible.
Creo de verdad que el universo es vasto y que aquello que pedimos es concebible con tan solo imaginarlo. Meditar, dirigirme a un poder superior para lograr aplacar la cantidad de emociones desatadas que todos tenemos en estos momentos sin duda fue un regalo del universo. Ponerme nuevamente en el camino de Allari, una amiga de la infancia, en donde nuestro lazo de amistad se ve renovado y fortalecido ha sido un bálsamo divino.
Llevo ya varias semanas practicando con ella, siendo guiada de manera individual y en compañía de Hesi y Jad y entre los 3 han acompañado mi camino en el tema de la meditación. Creo que la práctica sin duda es la que va forjando nuestros logros y depende de nosotros cuánto avanzamos. Quienes me conocen saben que soy una persona súmamente reactiva, me cuesta controlar mis enojos y exploto con muchísima facilidad y sí, el deporte ha sido un compañero terapéutico, pero en tiempos de crisis esa adrenalina competitiva que se detona en un partido, hoy por hoy no ha tenido lugar y es ahí donde Allari ha sido mi Maestra de vida. Uno no cambia de un día para otro, el ser "neuras" como lo soy, no es algo que se me va a quitar de la noche a la mañana, serlo es algo así como una enfermedad tal como el alcoholismo, que finalmente hasta que uno adopta el papel que le corresponde y lo afronta de tú a tú, con las herramientas que decide tomar, es entonces cuando podemos hablar de algún cambio. Para mí la práctica meditativa ha sido eso, un despertar consciente a mis reacciones y a optar por mejores decisiones en cuanto a qué y que no me afecta.
Me queda claro que todos vamos a aprender algo de esta pandemia, TENEMOS QUE, algunos de manera inconsciente y algunos por decisión propia. Quiero compartirles que hacerlo me ha mostrado lugares que no quería reconocer, aspectos de mi vida que bien podrían haber sido claros y sin embargo no estaba lista para decidir mirar lo que no me gusta de mi carácter. Meditar no me hace una persona más tranquila en sí, lo que me ha regalado es poner límites, a reconocer que hay cosas por las que no vale la pena renegar, a mirarme desde un lugar menos inquisidor y a entender que lo que está ocurriendo es justo lo que tiene que ser y para algo ha de ser. Soltar, fluir y aprender a surfear las olas sin importar el tamaño que tengan.
Les comparto con muchísimo cariño a mi Maestra y amiga Allari, quien en estos momentos junto con sus compañeros han estado abriendo espacios meditativos con el fin de poner su granito de arena en estos tiempos de crisis. Les invito a seguirla, si quieren info sobre sus clases de meditación o yoga les dejo también su instagram. Y para terminar sé que muchísimas Mamás están sufriendo junto con sus críos el encierro, Allari tiene también prácticas para los chiquitos, en donde pueden comenzar su camino hacia la meditación. Insisto, afortunadamente en estos momentos existen muchísimas herramientas a nuestra disposición para utilizarlas en nuestro beneficio. Dense chance y prueben, quizás como yo, queden convencidos en que son capaces de lograr lo que alguna vez creyeron imposible! Allari en Facebook
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